Piercing de oreja de Acero quirúrgico con Plata 925 rodiada y Circonita. Longitud de la barra:6mm. Rosca:1,2mm. Ancho:5mm. Bola de cierre:4mm. Piedra(s) fijada(s) en engaste. Flor Hoja Diseño floral

El acero quirúrgico 316L se empleaba originalmente sobre todo para implantes (por ejemplo para articulaciones artificiales). Hoy en día constituye el material más importante para los piercings. Impresiona por su superficie extremadamente brillante con apenas irregularidades. El acero quirúrgico es además muy resistente a arañazos. Sin embargo, no se debe utilizar el acero quirúrgico para la primera vez, puesto que contienen una parte de níquel que puede aflorar con las sales de la herida de una piel perforada recientemente. (Recomendamos para el uso de primera vez: Titanio G23 o bioplast). En los piercings totalmente curados se puede llevar el acero cirujano sin el menor de los temores, ya que no dejará níquel, siendo las alergias absolutamente raras.

El revestimiento de rodio de las finas piezas de joyería de plata 925 hace que conserven su brillo y no se decoloren. El rodio es otro nombre del platino, por lo que se trata de un revestimiento de platino muy fino, aplicado según el mismo principio que el recubrimiento de oro.

Circonita (Fórmula: ZrO2, dióxido de circonio) es un sustituto sintético del diamante. La dureza es casi tan alta (8,5 frente a 10) y con ello, esta piedra resulta menos sensible a posibles daños. Sin embargo, puede arañar otra cosa con suma rapidez. La circonita está disponible en varios colores y con composición transparente. Lo habitual es que la circonita sea afilada (como el cristal) en facetas.