Piercing de oreja de Acero quirúrgico y Plata 925. Rosca:1,2mm. Longitud de la barra:5mm. Ancho:4,5mm.

El acero quirúrgico 316L se empleaba originalmente sobre todo para implantes (por ejemplo para articulaciones artificiales). Hoy en día constituye el material más importante para los piercings. Impresiona por su superficie extremadamente brillante con apenas irregularidades. El acero quirúrgico es además muy resistente a arañazos. Sin embargo, no se debe utilizar el acero quirúrgico para la primera vez, puesto que contienen una parte de níquel que puede aflorar con las sales de la herida de una piel perforada recientemente. (Recomendamos para el uso de primera vez: Titanio G23 o bioplast). En los piercings totalmente curados se puede llevar el acero cirujano sin el menor de los temores, ya que no dejará níquel, siendo las alergias absolutamente raras.

También conocida como ´Sterling Silver´, la plata 925 contiene el 92,5% de plata y el 7,5% de cobre. La plata pura no se utiliza en la fabricación de joyas porque resultaría demasiado blanda para estos fines. La plata posee un aspecto sensual con su temperatura de color cálida. Desde la antigüedad se emplea como material de joyería. El inconveniente de la plata radica en que puede reaccionar con el sulfito del aire (dependiendo de la calidad del aire y el tipo de piel). En el lenguaje cotidiano se habla entonces de que se desluce o se oxida. Para la limpieza de esas partes oscuras, se recomienda sumergir la pieza en agua hirviendo con sal y con un trozo de papel de aluminio. Deja la pieza de plata por un rato. También tienen alta eficacia los productos de limpieza de plata que son disponibles en las tiendas grandes.